Hay libros que cuentan con una trama magnífica, siempre dando giros inesperados y logrando sorprenderte.
También existen los que están narrados de forma que, con cada palabra, se te pone la piel de gallina.
Hay otros que, en cambio, cuentan con unos personajes inolvidables, que te hacen desear tenerlos en tu vida.
Y luego está este.
La llamada "saga del ganador" se posicionó ya entre mis favoritas con su primer libro, "La maldición del ganador", y, con esta continuación esa sensación no ha hecho sino crecer.
Todos sabemos que las segundas partes en una trilogía casi siempre actúan de puente entre el primer y el tercer libro; la verdad, tampoco esperaba que esta saga fuera a romper esa norma. Pero lo ha hecho. Y vaya que si lo ha hecho.
"El crimen del ganador" cuenta con una historia tan o incluso más potente que la del primer libro. Así que si ya quedé encantada con el primero, imaginaos mis saltitos de emoción mientras leía este.
(No sigáis leyendo si no habéis leído el primer libro; puede contener spoilers.)
Para empezar, sigo completamente enamorada del mundo que Marie Rutkoski ha creado, con los valorianos y su ansia de poder y los herraníes con su amor por la música y el arte. También es sorprendente como la autora sabe recrear cada situación de forma que hace que se te pongan los pelos de punta, hace que te sumerjas en su mundo. Así que sí, señores y señoras, he pasado dos días de mi vida en el Imperio valoriano. Otra cosa que me ha encantado ha sido la ampliación de fronteras ya que, si bien en el anterior libro conocimos Herrán a fondo, la historia de este se ha desarrollado prácticamente en el Imperio, aunque también se haya hablado de otras tierras de las que, hasta el momento, nunca habíamos oído hablar.
Por supuesto, sigue regente el contraste de culturas, las herraníes con sus numerosos dioses y su amor por el arte,y los valorianos con su elegante sociedad y sus ganas de conquista
"El dios de las estrellas rige este año, por lo que debéis vigilar los pies y la vista. A este dios le encantan los accidentes. Y también la belleza. A veces, cuando está enfadado o simplemente aburrido, decide que un desastre es lo más hermoso."
Kestrel se ha rebautizado de nuevo como una de mis protagonistas femeninas preferidas (sí, como habréis podido comprobar este libro se ha llevado varios premios en mi estantería). Me encanta su forma de enfrentarse a los problemas directamente, usando siempre su ingenio, al contrario de otras protagonistas que se pasan el libro quietas esperando a ser rescatadas por cualquiera que pase por allí.
Es increíble cómo la autora consigue aportar ese toque único, que hace que no puedas dejar de leer ni por un segundo, con capítulos cortos que, no se como lo hace, pero siempre te deja con ganas de más, con esa insoportable intriga que te mantiene en ascuas toda la noche. En serio, yo paraba de leer y tenía que ojear la página siguiente para quedarme tranquila. No me cansaré de repetirlo, pero el libro está narrado de forma preciosa, con frases tan mágicas (el que lo lea me entenderá) que hacían que me dieran ganas de ponerme a escribir un libro allí mismo.
"Kestrel no sabía que significaba el honor para él. Aunque suponía
que no era lo mismo que para su padre: algo inmenso, tallado en mármol. No, el
honor de Arin estaba vivo. Kestrel sentía cómo se movía. No podía verle la cara
(tal vez tuviera muchas) pero creía que el honor de Arin era del tipo que
contendría el aliento y se mordería el
labio hasta que sangrara".
El libro sigue la historia desde donde la dejó el primero, con Kestrel soportando el castigo de contar los días que quedan para su boda con un hombre al que no ama. A eso se le suma el tener que esconder la verdad a todo el mundo, incluido Arin, únicamente para protegerle a él y al imperio en general. Sin embargo, no todo es mirar tartas y decidir el vestido de boda, ya que pronto conoce al emperador, el padre de su prometido. El emperador, para simplificar un poco, es esa clase de persona que te da ganas de meterte en el libro y soltarle dos guantazos.
Sí, mi amor por él se nota a kilómetros de distancia.
No voy a contar nada más de la trama, porque sería un crimen quitaros el placer que produce vivir esta historia, que, al contrario que otras, ha logrado sorprenderme en todo momento; cuando crees que todo está tranquilo y que nada puede salir mal, ocurre ese "algo" que hace que cambie totalmente el curso de la historia.
"Puedes decir lo que quieras sobre mí, sobre lo que pasó entre nosotros, sobre la forma del Sol y el color de la hierba y cualquier otra verdad que quieras negar. Niégalo todo hasta que los dioses acaben contigo. Pero no puedes decir que no te conozco".
Y qué puedo decir de su historia de amor. La autora logra que sea creíble a la vez que romántica, desastrosa a la vez que perfecta y los sentimientos de ambos personajes son tan fuertes y se expresan con tanta claridad en el libro que hace que su relación te mantenga en vilo hasta el final, y que te haga querer matar a la autora por cómo te deja al final, deseando tener ya en tus manos esa profundamente esperada tercera parte.
¿Habéis leído "El crimen del ganador"? ¿Tenéis pensado hacerlo?
