Creo que ya sabréis (porque sí, soy una cansina y no paro de repetirlo) que una de mis temáticas favoritas, aunque últimamente está muy trillada, es la de ángeles y demonios. Así que imaginaros como me debí de sentir cuando, pensando sobre el tema, me vino a la mente ese libro, escrito por Laura Gallego (una de mis autoras favoritas) que había leído hace unos años y me había gustado tanto. Como ya sabréis, tenía que elegir un libro cuyo nombre empezase por "D" para el Reto "De la A a la Z" pero, ¿por qué no elegí uno completamente nuevo, que no hubiese leído ya? La respuesta es bien sencilla
Punto 1:Me encanta releer libros.
Punto 2: La verdad es que, sí, tenía pensado elegir un libro que no hubiese leído,, pero es que, cuando me puse a pensar sobre este libro, intenté acordarme de la historia y... no recordaba absolutamente NADA. A lo único que llegaba mi memoria era a saber que la protagonista era una chica y tenía el pelo corto, para que veáis. Así que, con toda la ilusión del mundo, me lancé a releerlo como una leona y, como esperaba, no me ha decepcionado para nada.
"Hoy día, ya nadie cree en los ángeles.
Sin embargo, hay gente que sí cree en los demonios.
Pero los ángeles existen y han existido siempre.
¿Que cómo lo sé?
Porque mi padre era uno de ellos."
Ángeles y demonios. Dos especies opuestas. Bondad y maldad. Paz y destrucción. Vida y muerte.
Todo el mundo sabe un poco acerca de esta historia: ángeles que aman la Creación, demonios que tratan de destruirla, ¿no? Eso creía yo también, pero en esta historia, la autora nos lo presenta como algo más profundo que eso, un odio ancestral entre las dos especies y, a la vez, una necesidad mutua. Y es que el perro no hace nada sin el gato, ¿verdad?
Bueno, la historia nos presenta a Cat, la protagonista, una adolescente que ha pasado la mayor parte de su vida (por no decir toda) viajando de un lado para otro con su padre, el cual es un ángel inferior. Así que cuando él es asesinado en una gasolinera a manos de un demonio, por lo que parece, bastante poderoso, Cat busca respuestas. Ya que ¿por qué iba un demonio de los grandes, a fijarse en su padre, un ángel inofensivo que lo único que hacía era visitar las zonas vírgenes del planeta?
Pero, por encima de todo, lo que Cat necesita es venganza. Aunque, como ya no cuenta con la protección de su padre va a ser difícil, por no decir imposible.
Hasta que conoce a un demonio.
Ángelo, que es así como se llama, es, con diferencia, uno de los personajes más complejos y logrados de todo el libro. Con más de un millón y medio de años es un demonio joven, y no de los más poderosos. Como todos los de su especie, lleva la destrucción en la sangre, por lo que es normal que Cat no confíe en él de inmediato, aunque sea lo único que pueda ayudarla a vengar a su padre
Y es que nunca, bajo ninguna circunstancia, debes confiar en un demonio.
"Me siento como un naufrago rescatado por un tiburón. Sabes que, mientras sigas prendido de su aleta, no te ahogarás, pero en cualquier momento puede darse la vuelta y darte una dentellada... y temes y odias al tiburón, porque dependes de él, porque no puedes abandonarlo."
Uno de los puntos fuertes y a la vez inconvenientes de la novela es que la historia es muy, muy grande y muy, muy compleja, más de lo que la autora nos hace creer en un principio. Digo que es un inconveniente porque, realmente, los dos protagonistas no son más que meros títeres en la gran red que la autora va tejiendo durante todo el libro, por lo que, sí, conoces a Cat, ya que ella es la narradora, y sabes lo que piensa en todo momento. Y sí, conoces a Ágelo, que se va soltando a lo largo del libro dejando entrever más de su personalidad y su historia. Pero, realmente, aunque todo
viene contado desde su punto de vista, ellos no son los protagonistas, sino meros espectadores que ven desde fuera todo lo que ocurre, recogiendo las piezas del complejo rompecabezas que han sido esparcidas por todo el libro, dejándote siempre con ganas de un poquito más.
Y hablando de los personajes, no os vayáis a pensar que todo es el típico cliché en el que el chico al final resulta ser un bizcochito. No. Ángelo no es así. Su relación con Cat me ha encantado, ya que los dos se muestran tal como son, siempre intentando chincharse y fastidiarse el uno al otro, y tiene ese punto que te hace sacar una sonrisilla de vez en cuando.
Sin embargo, y aunque me he desviado un poco del tema, lo mejor del libro no son los dos protagonistas en sí que, como he dicho, no tienen mucho peso en la historia, sino el gran universo que Laura Gallego ha creado, con personajes tan famosos como el ángel Miguel, Gabriel o el mismísimo Lucifer, que te son presentados de forma que los entiendas; de forma que sientas que, aunque lleven millones de años viviendo, no son tan distintos a ti. De todas formas, como he dicho antes, este libro es un puzle, así que tampoco quiero hablar mucho del mundo en el que está ambientado la historia ya que yo, personalmente, he disfrutado descubriéndolo página tras página y espero que vosotros hagáis lo mismo.
Y el final, qué puedo decir. Te hace ver que todo lo demás es mero espectáculo, que todo el libro está escrito con la intención de llevarte a esa escena, en la que se responden todas tus respuestas y toda la historia cobra sentido de una vez por todas. Es ahí donde te das cuenta de que todo era mucho más grande que la muerte de un ángel menor, que la trama te ha conducido por serpenteantes caminos que te hacen plantearte muchas dudas, y cada capítulo te asalta con una nueva sorpresa que hace que estés ansiosa de ese desenlace tan esclarecedor que, en mi opinión, no podía haber sido más perfecto.
Resumiendo, "Dos velas para el diablo" es un libro cargado de intriga y que te mantendrá en vilo hasta el final, con unos personajes entrañables y con una gran historia escondida en el libro, que se remonta a los primeros seres humanos. Si te gustan las historias de ángeles y demonios, no puedes perderte esta. Porque, como dice el refrán: "Si pones una vela para Dios, pon dos para el diablo".
